Hace algún tiempo visite Mexico, y allí en una tarde preciosa vi uno de los atardeceres más bellos de mi vida, esta fotografia es de aquél día. Hoy quiero invitarles para que en la contemplación preparemos nuestro corazón para Pentecostés. Oremos juntos:
“Respira en mí
oh Espíritu Santo
para que mis pensamientos
puedan ser todos santos.

Actúa en mí
oh Espíritu Santo
para que mi trabajo, también,
pueda ser santo.

Dibuja mi corazón
oh Espíritu Santo
para que sólo ame
lo que es santo.

Fortaléceme
oh Espíritu Santo
para que defienda
todo lo que es santo.

Guárdame pues
oh Espíritu Santo
para que yo siempre
pueda ser santo”.
(San Agustín).

Historia de dos ciudades

Un viajero se aproximaba a una gran ciudad y preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino: "¿Cómo es la gente de esta ciudad?". "¿Cómo era la gente del lugar de donde vienes?", le inquirió ella a su vez. "Terrible, mezquina, no se puede confiar en ella... detestable en todo los sentidos", respondió el viajero. "¡Ah! -exclamó la mujer-, encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges".Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana. De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de donde provenía. "Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenído que partir.", declaró el segundo viajero. La sabia mujer le respondió: "Lo mismo hallarás en la ciudad adonde te diriges". En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como somos.

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Todo lo que respire alabe al Señor...


Padre Jaime Alberto Pérez Villegas | Template by - Abdul Munir - 2008