La carreta vacía

Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: "Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?". Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: "Estoy escuchando el ruido de una carreta". "Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía". Pregunté a mi padre: "¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?". Entonces mi padre respondió: "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace". Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad hace poco ruidosas nuestras virtudes y permitir a los demás descubrirlas. Y nadie está mas vacío que aquel que está lleno de sí mismo.

Dame un minuto...

Dios me dijo un día: "Dame un poco de tu tiempo". Y yo le respondí: "Pero Señor, si el tiempo que tengo no me basta ni para mí". Dios me repitió, más alto: "Dame un poco de tu tiempo". Y yo le respondí: "Pero Señor, si no es por mala voluntad: es de verdad, no me sobra ni un minuto". Dios volvió a hablarme: "Dame un poco de tu tiempo". Y yo le respondí: "Señor, ya sé que debo reservar un poco de tiempo para lo que me pides, pero sucede que ha veces no me sobra nada para poder dar. ¡Es muy difícil vivir, y a mí me lleva todo el tiempo! ¡No puedo dar más de lo que te estoy dando!". Entonces Dios ya no me dijo nada más. Y desde entonces descubrí que cuando Dios pide algo, pide nuestra misma vida. Y si uno da sólo un poco, Dios se calla. El paso siguiente ha de ser cosa nuestra, porque a Dios no le gusta el monólogo. Qué tremendo debe ser el que Dios se calle.

Haz como Jesucristo

Cuentan que, estando reciente la revolución francesa, Reveillère Lépaux, uno de los jefes de la república, que había asistido al saqueo de iglesias y a la matanza de sacerdotes, se dijo a sí mismo: "Ha llegado la hora de reemplazar a Cristo. Voy a fundar una religión enteramente nueva y de acuerdo con el progreso". Pero no funcionó. Al cabo de unos meses, el «inventor» acudió desconsolado a Bonaparte, ya primer cónsul, y le dijo: –¿Lo creeréis, señor? Mi religión es preciosa, pero no arraiga entre el pueblo. Respondió Bonaparte: –Ciudadano colega, ¿tenéis seriamente la intención de hacer la competencia a Jesucristo? No hay más que un medio; haced lo que Él: haceos crucificar un viernes, y tratad de resucitar el domingo. (Cfr. A. Hillaire, "La religión demostrada").



¿Qué quiere Dios de nosotros? ¿Cuál es la mejor decisión para mí y para mi comunidad?
Preguntas como estas todos los días brotan en nuestro corazón y tienen como único fin descubrir la voluntad del Señor. Ahora cómo aprender a escuchar esa voz, cómo tomar las decisiones correctas en el momento oportuno, sin duda Dios conoce esa necesidad profunda en nuestra vida y ha querido dar respuesta a estas inquietudes otorgando el carisma maravilloso del discernimiento espiritual.
Carisma que no consiste en elegir entre lo bueno y lo malo sino mas bien descubrir entre todos los bienes cuál es la voluntad de Dios. El discernimiento espiritual nos ayuda a descubrir y a entender las mociones que se mueven en el corazón, a descubrir de dónde vienen y cuál es el verdadero fin que motiva mi interior. Aprender a identificar la obra de Dios en la vida de cada cristiano es una necesidad urgente, hoy más que nunca nos colocamos frente a un mundo que no conoce el verdadero camino y sólo quien es capaz de descubrir la voz de Dios encontrará verdaderas respuestas. El universo cristiano de hoy clama y busca respuestas pero le cuesta escuchar, discernir es aprender a tener no sólo la mente atenta sino también el corazón dispuesto a responder como María: “He aquí la esclava del Señor hágase en mi según tu Palabra”.
La vida espiritual está llena de gracias y tentaciones, cómo responder a esta realidad sin la ayuda del cielo?. Clamar al dulce huésped del alma es el primer paso para avanzar en santidad. Desiertos, dones, carismas, gracias, tentaciones, influencia del mal todo debe ser discernido con la ayuda del Santo Espíritu que nos hace clamar Abba Padre.

SIN MI NADA PODEIS HACER...

Con este lema participe del primer congreso de profesionales y universitarios católicos en la bella ciudad de Sincelejo, fueron muchas las cosas que compartimos y aprendimos, de la mano de Luis Enrique Azcoy el cielo me permitió una vez más anunciar la Buena Nueva del Evangelio, en la última enseñanza comparti con los asistentes la siguiente historia que nos invita a mostrar al mundo entero el hermoso rostro de Dios:


He estado con Dios

Había una vez un pequeño niño que quería conocer a Dios. Él sabía que era un largo viaje llegar hasta donde Dios vivía, así es que preparó su mochila con sandwiches y botellas de leche chocolatada y comenzó su viaje. Cuando había andado un tiempo, se encontró con un viejecita que estaba sentada en el parque observando a unas palomas. El niño se sentó a su lado y abrió su mochila. Estaba a punto de tomar un trago de su leche chocolatada cuando notó que la viejecita parecía hambrienta, así es que le ofreció un sandwich. Ella, agradecida, lo aceptó y le sonrió. Su sonrisa era tan hermosa que el niño quiso verla otra vez, así que le ofreció una leche chocolatada. Una vez más, ella le sonrió. El niño estaba encantado. Permanecieron sentados allí toda la tarde. Cuando oscurecía, el niño se levantó para marcharse. Antes de dar unos pasos, se dio la vuelta, corrió hacia la viejecita y le dio un abrazo. Ella le ofreció su sonrisa, aun más amplia. Cuando el niño abrió la puerta de su casa un rato más tarde, a su madre le sorprendió la alegría en su rostro. Ella le preguntó: "¿Qué hiciste hoy que estás tan contento?". Él respondió: "Almorcé con Dios". Pero antes de que su madre pudiese decir nada, él añadió: "¿Y sabes qué? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que jamás he visto!". Mientras tanto la viejecita, también radiante de dicha, regresó a su casa. Su vecina estaba impresionada con el reflejo de paz sobre su rostro, y le preguntó: "¿Qué hiciste hoy que te puso tan contenta?". Ella respondió: "Comí unos sandwiches con Dios en el parque". Y antes de que su vecina comentara nada, añadió: "¿Sabes, es mucho más joven de lo que esperaba".


Hace algún tiempo leí un libro con este título y desde entonces no he dejado de meditar sobre lo que Santa Teresa del niño Jesús llama la infancia espiritual, realidad que le permite al corazón buscar descanso en los brazos amorosos del Padre, como el más grande y bello de los reinos.
La infancia espiritual resalta la inocencia, la capacidad de perdón, la depencia total, pero el título de este libro va más alla, coloca nuestros ojos frente al verdadero Niño, al que siendo pobre fue a la vez el más rico de todos los seres, pues su tesoro solo es posible medirlo en términos de amor, el Niño más obediente de la historia y a la vez el más rico, el más sincero y dulce, el más responsable y alegre, Aquél que no sólo ha transformado el destino de la humanidad sino la historia de nuestra vida.
Se acerca adviento, y el gran propósito no consiste en ser un simple niño que depende de su Padre, el gran reto es empezar a identificarnos con el más increible de los Niños, Él que siendo Dios quiso hacerse hombre por amor, Él que es capaz de perdonarlo todo, Él único capaz de permitirme empezar de nuevo día tras día.

LA GRATITUD ES LA MEMORIA DEL CORAZÓN....

"Las rosas nacen donde quieren para recordarle al pobre que la belleza es gratis" Machado.

Una vez, un padre de una familia bastante acaudalado llevó a su hijo a un viaje con el firme propósito de que su hijo viera cuán pobres eran las gentes del campo. Estuvieron por espacio de un día y una noche completa en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo: - ¿Qué te pareció el viaje? - ¡Muy bonito papá! - ¿Viste cuán pobre puede ser la gente? - ¡Sí! ¿Y qué aprendiste? - Vi que nosotros tenemos una piscina que llega de una pared a la mitad del jardín, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen estrellas. El patio llega hasta la pared de la casa del vecino, ellos tienen un horizonte de patio. Ellos tienen tiempo para conversar y estar en familia. Tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo. Al terminar el relato, el padre se quedó callado, y su hijo añadió: - ¡Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser...! Anónimo.

LA GRATITUD ES LA MEMORIA DEL CORAZÓN....



Una vez, un padre de una familia bastante acaudalado llevó a su hijo a un viaje con el firme propósito de que su hijo viera cuán pobres eran las gentes del campo. Estuvieron por espacio de un día y una noche completa en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo: - ¿Qué te pareció el viaje? - ¡Muy bonito papá! - ¿Viste cuán pobre puede ser la gente? - ¡Sí! ¿Y qué aprendiste? - Vi que nosotros tenemos una piscina que llega de una pared a la mitad del jardín, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen estrellas. El patio llega hasta la pared de la casa del vecino, ellos tienen un horizonte de patio. Ellos tienen tiempo para conversar y estar en familia. Tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo. Al terminar el relato, el padre se quedó callado, y su hijo añadió: - ¡Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser...!

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Todo lo que respire alabe al Señor...


Padre Jaime Alberto Pérez Villegas | Template by - Abdul Munir - 2008